WILLIAM TURNER

 

 

 


 

Turner es uno de aqellos artistas a los que les fue dada la gracia de una productividad dilatada y continua. Más de sesenta años trabajó sin descanso. A su muerte se encontraron en su estudio más de 19.000 dibujos y bocetos, y un largo lapso de tiempo se extiende de la obra temprana a la tardía. Las laminas que el joven dibujante hizo hacia 1790, a fines del Rococó nada tiene que ver con las geniales tramas de colores pintadas por el arista maduro a mediados del siglo XIX. El camino que lo conduciría a su personalísima pintura -de la que surgiría una imagen de la naturaleza nunca antes concebida por otro pintor- lo encontró Turner sólo en su período tardío. Incluso hoy día, quien contemple sus cuadros creerá ver el mundo -el mundo de la luz y del color- por primera vez.

La vida de Turner ha sido objeto de amplias investigaciones, y ya se halla catalogada su inmensa obra. Sin embargo, la manera como vino a descubrir su propia forma de pintar, sigue siendo una cuestión abierta. Al estudiar la obra de turner, es menester tomar en consideración diversos aspectos. No es una obra fácil de entender. Supone una compleja conjunción de posibilidades de creación artística que Turner fue descubriendo para sí en el curso de la vida. Y puesto que sus cuadros tardíos apelan exclusivamente a los ojos del espectador, su comprensión depende de la captación cosciente del modo en que ocurre tal contacto visual. Los cuadros de Turner son imposibles de reproducir. Incluso la mejor reproducción no hace más que acicatear la curiosidad de ver el original. Precisamente en el caso de Turner, los matices de la estructura, las finas diferencias entre las huellas de pincel pronunciadas y las que no hacen más que tocar ligeramente la superficie, no pueden tener una mayor significación. Las veladuras incomparablemente finas, lo fugaz o lo pronunciado de la línea, todo ello sólo puede apreciarse viendo el objeto material, el papel del boceto, preparado sólo parcialmente y luego rascado con la uña del pulgar, doblado a propósito y luego vuelto a desarrugar, y que con frecuencia Turner había traido enrollado en el bolsillo de su abrigo; las telas de los óleos, tratadas pastosamente o tan sólo con barniz, según un metodo imposible de reducir a esquema. Sin embargo, el peculiar carácter visual de sus cuadros presupone un espectador activo.

PORTRAIT GALLERY

1791 1795 1800

 

1830 1850 1812

 

DATOS BIOGRÁFICOS

GALERÍA TURNER